Uno de tantos

Tras una espera de media hora en el jardín bajo los rayos del sol, ahí estaba a lo lejos; era un tipo desgarbado, con sobre peso y descuidado en su vestimenta, caminaba lentamente hacía mi.

Se paro frente a mí y me dijo: -¡Me llamó Pedro y ésta es mi historia!:

Nací en la ciudad de Tijuana hace 22 años, soy el menor de ocho hermanos, durante un tiempo mis padres y hermanos me cuidaron y amaron mucho, me enviaron a un buen Jardín de niños y dónde tenía muchos amigos, la maestra me quería mucho decía que era su consentido y yo era muy feliz. Pero cuando cumplí los seis años de edad mis padres y hermanos me abandonaron.

Una tarde mí padre regresó de trabajar antes de lo acostumbrado, mis hermanos y yo habíamos salido a jugar con los vecinos como todas las tardes, al entrar mi papá en la recamara encontró a mi mamá con uno de los vecinos abrazados y besándose… mi padre se enojo mucho se les fue encima y comenzó a golpearlos, mi mamá terminó con dos costillas rotas, al vecino no se que le pasó.

Después mi mamá se fue a vivir a otro lugar y es hora que no regresa y nunca ha hecho por saber de nosotros, creo que se junto con otro señor, una tía, hermana de ella nos dijo que tenemos otros cuatro hermanos.

Mi papá se quedó, pero como sino lo hubiera hecho; porqué se la pasa ebrio autocompadeciéndose por su mala suerte, y culpándonos de no ser sus hijos. Nos pegaba y gritaba todos los días, decía que mejor nos muriéramos, yo estaba muy asustado, no entendía porque nos dejó de querer, antes jugaba fut-bol con nosotros y nos llevaba al cine y al circo, nos compraba palomitas, pero ya no nos quiere.

Mis hermanos, buscaron cada quien su propio camino y nadie se intereso por mí, no me enviaron a la escuela; no les interesaba con quién me juntaba, si comía, si me bañaba, si llegaba a dormir.

Una noche, Mario el cuarto de mis hermanos, mayor nueve años que yo, entro a mi cuarto, me dijo; vengo a dormir contigo para que no estés solito; pero comenzó a tocarme y a quitarme la ropa, le pregunte: ¿Si era algo malo? Me dijo; que no. Yo no sentía feo, por el contrario se sentía bien, sostuvimos relaciones sexuales, hecho que hasta el día de hoy me llena de culpa,- ¡Sí lo vuelvo a ver lo mato por joto!

Semanas después conocí a Fabián, otro niño que estaba sólo y que tampoco tenía a nadie que lo quisiera, me enseño a drogarme para no sentirme solo: La primera vez usamos resistol, Fabián me dio una bolsa de plástico que tenía resistol y me dijo: -¡Tienes que darle el golpe!, me empezó a doler la cabeza y se me revolvió el estomago, pero después me sentía bien, estaba contento, no podía dejar de reírme, no pensaba en nada, todo era bonito como antes.

Pasaron años y después comencé a utilizar alcohol, marihuana y lo que podía comprar, algunas veces robe para conseguir dinero, la mayoría de las veces trabaje con parientes de la familia, a quienes les daba lastima verme tan descuidado.

Algunas veces mi papá llegaba tomado y yo llegaba drogado, mi papá me quería golpear y yo no me dejaba le respondía igual a golpes, pero mi papá le hablaba a la policía para que me encerrara en la cárcel, yo les decía a los “polis”; -¿Porqué no lo encierran a él, ser mal padre no es un delito?-.

He viajado, estuve trabajando en matamoros cuando tenía 19 años, pero no me gustó, por qué me drogaba tanto que termine en una casa de muerte; -Un día salí de trabajar de la maquiladora en la que trabajaba, empacando pantalones, me fui a conseguir algo para sentirme bien (droga), llegue a un lugar como hay muchos allá, me vendieron heroína, la inhale y perdí la noción del tiempo, desperté varios días después, al oír los gritos de alguien, estaba en una casa en ruinas llena de gente drogándose, el que gritaba se quedó arriba y me asuste, decía que había cucarachas por todos lados y se lo iban a comer.

Me fui a Tijuana de regreso, pues pensé si me voy a morir cuando menos que sea en mi tierra, seguí trabajando con algunos de mis parientes, ya nada más me emborrachaba me empezó a dar miedo drogarme, ¡hay, pero como se me antojaba! A veces lo hacía pero después me arrepentía.

Un día hace poco tiempo conocí a una muchacha bien guapa, yo estaba trabajando en un restauran de hamburguesas de uno de mis tíos, hermano de mi papá, que me dio trabajo de lava platos, ella iba pasando y se me quedó viendo, me sonrío y sentí mariposas en la panza, al día siguiente volvió a pasar, y volvió a sonreírme, yo pensé; soy de aquí y que me le aviento, le pregunte ¿Cómo te llamas?, contesto Silvia, le pregunte ¿quieres salir conmigo? y que me dice que sí, pensé; ¡ya la hice!

Semanas después de que empezamos a salir me fui a vivir con ella. Comencé a drogarme de nuevo y parecía que a ella le gustaba que lo hiciera, aunque algunas veces, acá entre nos; no se me paraba, pero parece que a ella no le molesta que a veces pasara eso.

En una de esas veces que estaba drogado, ella se salió de la casa, me dijo que iba a hacer un mandado, yo me quede pensando ¿Qué pasaría si ella se fuera con otro?, ¿Cómo me sentiría?, pero ya estaba muy enojado y pensé a mi no me va ha ver la cara, no me va a poner el cuerno, yo no me voy a dejar. Por eso cuando ella regreso la golpee como me imagino que mi papá golpeo a mi mamá, Silvia se lo merecía, ¿Creó? ¡Estoy confundido, ya no se si me puso el cuerno o no!, pero... ¡Sí me lo puso, yo me acuerdo!, ella estaba con otro, el otro era como el vecino que se echo a mi mamá, es como cuenta mi papá que era físicamente, ella lo niega y dice que no pasó y hasta se hace la ofendida, pero a mi no me va a ver la cara.

Silvia llamó a la policía, pues le rompí un brazo y le puse los dos ojos morados, como estaba drogado la policía me trajo al centro de rehabilitación, una de mis hermanas dio la firma para que me encerraran y no me dejaran salir, no se porque la dio ella, si nunca se acordó de mí, ¿Nada más para esto?,

Es difícil estar aquí sin ver a nadie de afuera, escuchando a todos decir que pasamos por lo mismo, apenas llevo dos meses, estoy comenzando a creer que este es un buen lugar, nos hacen ver que tenemos muchas cosas que podemos hacer para no drogarnos, y que podemos hacer planes para el futuro.

Lo primero que quiero hacer saliendo de este lugar es aprender a leer, por que me da vergüenza no saber, a veces la gente se burla de mí y me dicen analfabeta, también quiero formar una familia, pero no con Silvia; “Sigue negando que me puso el cuerno”, yo no le creo, estaba drogado pero me acuerdo de algunas cosas, me llegan de pronto imágenes borrosas a la cabeza y ahí está ella con el otro.

Otra de mis metas es tener hijos, a los que voy a querer mucho para que ellos no tengan que drogarse y voy a trabajar mucho, voy a salir pronto y no pienso regresar.

Término el tiempo de consulta, se despidió cortésmente y regreso por donde había venido.